viernes, marzo 02, 2018

THE FLORIDA PROJECT






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La pobreza en EEUU es algo que suele encender interés: ver el lado más desconocido y menos visualizado del país más poderoso del mundo desde luego que da que pensar y plantea muchas preguntas. Y aunque se nos muestre esa realidad por medio de una historia de ficción- que bien puede ser real- siempre estaremos ante un valioso documento sobre si se nos trata de ofrecer algo verista y honesto, como esta valiente e inteligente cinta dirigida de manera naturalista y casi documental por Sean Baker, un nuevo y sólido valor del cine independiente norteamericano. Una realidad, la de los habitantes de los moteles de las afueras de las ciudades, que viven en régimen de alquiler, que nos presenta no solo el otro lado del sueño americano sino la insuficiencia del ser humano para lograr la justicia en su sentido amplio. Un motel de Orlando cercano a Disneyworld- mostrando la paradoja de que a pocos kilómetros de un mundo idealizado paradigmático del estado de bienestar y de la felicidad- es el escenario en donde viven la joven madre soltera Halley (Bria Vinaite, una actriz primeriza no profesional descubierta por el director por sus fotos en Instagram) y su hija de seis años Moonee (Brooklynn Prince), a través de cuyos ojos vemos esta historia. Halley no tiene empleo, es inmadura e irresponsable y deja demasiadas libertades a su retoña, Moonee, que con su inocencia obvia el desolador panorama económico, familiar y de entorno y disfruta jugando con los niños de su edad de los apartamentos. El conserje del complejo, Bobby (Willem Dafoe, el rostro mainstream del filme) se desespera ante los panoramas con los que convive en el motel y en especial con Halley y Moonee, cuyas vidas terminan influenciando en la suya y en sus obligaciones hasta el punto de verse obligado a tomar cartas en el asunto.     

El filme se sustenta en una historia más formada de sucesivas situaciones y viñetas que de una narración puramente lineal aunque al final todo lleva a un esperable desenlace. Todo el elemento costumbrista esta excelentemente presentado así como diversos momentos cotidianos cada uno con su significación y su lectura más menos desalentadora y sin ahorrarse temas escabrosos. La interpretación de Brooklynn Prince y el resto de actores infantiles es sencillamente genial por su espontaneidad y su credibilidad con un mensaje claro: la alegría de la infancia casi nunca se pierde. Bria Vinaite consigue también encandilar en su primer papel y el resto del reparto- diferentes arquetipos de las clases trabajadoras más pobres americanas- transmite total credibilidad. El personaje de Dafoe merece mención aparte ya que representa el intento de sensatez en un panorama realmente complejo, una especie de justiciero de lo cotidiano. Realismo cinematográfico al cien por cien

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