miércoles, noviembre 15, 2017

LA MEJOR RECETA (DOUGH)





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Una resultona y más o menos eficaz Feel Good Movie que con estructura principalmente de  comedia y elementos dramáticos y cierto trasfondo realista y social cuenta una parábola sobre integración, evolución personal y el valor de la amistad por encima de las diferencias- en este caso generacionales y culturales- basada sobre todo en el trabajo actoral. Una coproducción británico-húngara rodada en UK que pese a sus loables intenciones se queda a medio camino de todo, incluido en el de lograr ser una comedia de calidad, a  causa de un guión demasiado previsible y rutinario.  No obstante, su positivo (aunque un tanto impostado)  mensaje no debe caer en saco roto en tanto que la realidad que describe la historia- si quitamos sus elementos más comediaticios- es algo habitual en el Reino Unido y salvando diferencias, también en otros países.

La relación entre Nat Dayan (Jonathan Pryce) el viejo propietario judío de una panadería y pastelería Kosher que no va bien del todo y Ayash (Jerome Holder) su nuevo aprendiz, un adolescente africano que lleva en UK un año y que es propenso a meterse en problemas, es el elemento central de la película. De la mutua desconfianza  inicial a la complicidad que se va fraguando hay un curioso camino en el que tiene que ver la difícil situación y la evolución personal del joven Ayash: trabajando en la pastelería como tapadera para sus trapicheos con cannanbis a instancias de su “jefe”, el delincuente Victor (Ian Hart) pronto se dará cuenta de la gran valía personal del viejo Dayan y de su difícil situación personal y económica acosado por un especulador inmobiliario que quiere hundir su soleroso establecimiento, por lo que decide ayudarle, de la misma manera que lo hizo con él. Un vertido accidental de marihuana en la masa de harina llevará a la elaboración de unos productos que por sus peculiaridades serán famosos en el barrio y al inesperado nuevo éxito de la panadería, pero lógicamente el engaño del “ingrediente secreto” no se podrá mantener por mucho tiempo y las amenazas desde el exterior siguen ahí. Con guiños muy manidos y situaciones muy vistas, a este filme lo salva su cierta honestidad y la química interpretativa con un buen plantel de reparto en el que se encuentran bastantes secundarios de toda la vida de la escena británica (Ian Hart, Phil Davies, Joanna Silverman, Andy de la Tour) pero destacando sobre todo el buen hacer del joven Jerome Holder y el siempre efectivo trabajo de Jonathan Pryce.   


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