jueves, mayo 04, 2017

LADY MACBETH



 
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Ha sido una sorpresa en los festivales (el Zinemaldia, por ejemplo) y la crítica está alabando en las últimas semanas esta magistral opera prima del británico William Olroyd, un director al que habrá que seguir ya que en este filme demuestra unas habilidades cinematográficas de veterano. Basada en la novela naturalista del ruso Nikolai Leskov Lady Macbeth del distrito Mtsenk (1865) que inspirándose en el mito de la sangrienta antiheroína shakespeariana escribió la historia de una muchacha que ante la desastrosa perspectiva de un matrimonio de conveniencia con un déspota terrateniente rural decide transgredir cualquier norma moral entregándose además al crímen- y que ya dio lugar a una adaptación de Andrej Wajda en 1962- , aunque en esta ocasión la acción se traslada a la Inglaterra victoriana en su entorno más campesino. Una adaptación magistralmente narrada y con un poder visual entre hipnótico y turbador y al fin al cabo altamente inquietante que para si quisieran muchas películas actuales de terror. No deja indiferente al espectador su atmósfera inquietante excepcionalmente lograda con una cuidada ambientación de época - una Inglaterra rural salvaje y caciquil- que recuerda en su verismo al Barry Lyndon de Kubrick y a no pocas representaciones pictóricas del realismo decimonónico en su vertiente más miserabilista y un tono de pesadilla tomado del David Lynch más perturbador. El resultado, una pequeña obra maestra que es de lo mejor que podemos encontrarnos en la cartelera actualmente.


La jovencísima Florence Pugh literalmente se come la película con su ambigua presencia interpretando a Katherine, una adolescente que pronto es consciente del infierno que le espera con un marido sexualmente  impotente. cruel y con un punto de sadismo (Paul Hilton), en un caserón opresivo en donde solo el personal del servicio doméstico - encarnado por la doncella Anna (Naomi Ackie)- parece tener algún poso de humanidad. Un embrutecido mozo de cuadra, Sebastián (Cosmo Jarvis), será el consuelo sexual y amoroso de Catherine y pronto cómplice de una pérfida venganza. La película se aprovecha de ciertas convenciones del thriller contemporáneo para ofrecer en realidad un filme de perversa hondura psicológica y moral además de un cierto mensaje feminista sobre la condición histórica de la mujer con una presentación digamos de lujo. Una película cien por cien recomendable. 

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