lunes, mayo 11, 2015

El Aparatito Lumiere REGRESO A ÍTACA (RETHOUR Á ITHAQUE)




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Hubo un tiempo, allá por los 90, en los que el cine cubano se puso de moda en los países de habla hispana y en Europa…o más bien una película, Fresa y Chocolate (1993) del veterano Tomás Gutiérrez Alea junto con Rafael Tabío, excelente filme que parecía mostrar un engañoso aperturismo en la sociedad y la política cubana y que además coincidió con una especie de cubamanía que se vivió en España a mediados de los 90 y que iba entre la admiración estética de la cultura cubana a la simplista idealización de su situación sociopolítica (difícil eso sí por el injusto embargo de EEUU) y del régimen castrista, moda a la que se apuntaron hasta gente de derechas y algún oportunista que viajaba a Cuba con execrables intenciones. Pero desde el plano estrictamente cinematográfico, al final no hubo ningún resurgir del cine cubano (muy sujeto siempre a los condicionamientos del castrismo) y aquellos tabúes que parecía romper Fresa y Chocolate (relativa comprensión con quienes cuestionaban mínimamente los preceptos revolucionarios y deseaban salir de la isla) fueron un pequeño pufo. En más de 20 años las películas cubanas que han logrado alguna distribución internacional comercial o en festivales están contadas con el dedo de una mano mientras el país trata de evolucionar como puede con algunos pequeños avances y cambios. Y es que se echaba un falta desde hace años una película que reflejase la situación actual en el país caribeño y en ese sentido Regreso a Ítaca, una producción francesa rodada en la isla con reparto cubano, viene a cubrir muy, muy dignamente ese hueco gracias a un esforzado trabajo del cineasta francés Laurent Cantet (Recursos Humanos, La Clase, Foxfire) quien ha rodado en castellano en La Habana este pequeño gran filme a partir de una obra del escritor cubano Leonardo Padura (quien ah colaborado en la adaptación) con ciertas reminiscencias teatrales y en donde los diálogos y el discurso de los personajes son lo esencial en una película que carece de estructura planteamiento-nudo-desenlace. Rethour á Ithaque nunca podría haber sido una producción cubana incluso en al época actual si tenemos en cuenta que su propósito es el de realizar un retrato desencantado de una generación (los nacidos en los 50, la época de la Revolución) que ha visto como todo aquello en lo que había creído y que había sido parte de su vida, o mejor dicho, su vida misma y todo su ser, ha terminado por destruirles y hacer de ellos seres inseguros, temerosos y desdichados.     

Es esta en la realidad la segunda aproximación a Cuba de Cantet tras el filme colectivo 7 días en La Habana (2012) y en esta ocasión haciendo una magistral combinación entre la denuncia, el testimonio del fracaso y la disección de las relaciones personales y de la amistad establece un relato amargo y cruel pero veraz y honesto que llega a conmover en bastantes momentos. Cinco amigos entrañales cincuentones y pre-sesentones se reúnen en la azotea del domicilio habano de uno de ellos con motivo del regreso de Amadeo (Néstor Jiménez), un antiguo aspirante a escritor que emigró a España en los 90 y que regresa a su país. Una noche y una mañana en la azotea son testigos de las inesperadas reacciones personales que ha provocado el inesperado anuncio del amigo retornado: quiere quedarse en Cuba. A partir de allí todo un exorcismo de los demonios interiores (personales y políticosociales) de los cinco amigos, todos ellos afectados de uno u otro modo incluso en su vertiente más personal y humana por las contradicciones y las deficiencias del gobierno castrista: Gloria (Isabel Santos) una médico que fue gran amiga de Amadeo y su mujer fallecida, Rafa (Fernando Hechavarría), un frustrado pintor, Aldo (Pedro Julio Díaz Ferrán), un mecánico cuyo hijo veinteañero quiere irse de Cuba, y Eddy (Jorge Perugorría, el protagonista precisamente de Fresa y Chocolate y el más conocido por estos lares) un enriquecido pequeño empresario reflejo de la tímida nueva situación de la Cuba actual, son los otros cuatro personajes principales en un filme prácticamente circunscrito a los citados intérpretes, quienes están soberbios los cinco. Al final, cierto regusto amargo y descarnado para una película valiente y sincera que muestra como el ser humano es algo muy complejo y sus sueños a veces pueden convertirse en sus pesadillas.         

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